EL MODERNO ARCHIVO HISTÓRICO DEL CONGRESO DE SINALOA CUSTODIA, CONSERVA Y RESTAURA SU RIQUEZA DOCUMENTAL
“Nosotros trabajamos para que todas las generaciones puedan interpretar la historia”: Arturo Aguirre Vilchis, responsable de la conservación y restauración del Archivo Histórico del Poder Legislativo
Culiacán, Sinaloa, febrero del 2024.- Documentos antiguos que datan de 1861, hasta los generados por el quehacer legislativo a la fecha, integran el gran patrimonio institucional y social de escritos que registran el desarrollo histórico de las legislaturas del Poder Legislativo.
Este acervo representa la riqueza cultural y la memoria colectiva que produce el Poder Legislativo y contiene en su interior el Archivo Histórico del Congreso del Estado de Sinaloa ubicado en el edificio “Rafael Buelna Tenorio”, inaugurado el pasado 29 de enero.
Así lo ha destacado Arturo Aguirre Vilchis, responsable de la conservación y restauración del Archivo Histórico del Congreso del Estado de Sinaloa, durante una entrevista en el Programa “El Congreso Informa” transmitida en Radio UPES Culiacán.
En esta entrevista subrayó la importancia de cuidar y salvaguardar este valioso patrimonio documental al describir detalladamente el proceso de organización, conservación y restauración en un recorrido por las equipadas instalaciones cuyas condiciones de seguridad, procesos técnicos y control ambiental ubican este archivo como el más importante de todos los Congresos locales a nivel nacional.
El especialista describió todo el proceso de estabilización documental y restauración que tiene lugar en los Laboratorios y Talleres de Conservación y Restauración del Archivo.
Lugares provistos de todas las herramientas y equipos necesarios para una adecuada conservación y organización como son: Control de iluminación y limpieza a través de instrumentos y conceptos de la Ley General de Archivos, como de la Norma Mexicana de Preservación Documental NMX-R-100, como el uso de materiales inertes y retratables, brochas de pelo suave, grandes mesas de trabajo con iluminación, sistemas de extracción y filtración, equipos de control como medidores de temperatura y humedad, hasta soporte de libros y todo lo indispensable para realizar tan delicada labor y que los documentos se conserven y no salgan lastimados.
En entrevista con el Congreso Informa, Arturo Aguirre Vilchis abordó las laboriosas técnicas manuales y artesanales que se llevan a cabo para preservar los documentos históricos en el Congreso de Sinaloa.
Los conservadores y archivistas del Fondo documental del Congreso de Sinaloa se encargan de conservar textos antiguos para protegerlos contra factores de deterioro por el paso del tiempo y muestran con su trabajo que es todo un arte esta labor en la que existen estrictos protocolos, incluso sanitarios y de seguridad biológica.
El recinto no solamente tiene talleres de procesos técnicos sino que existe una sala de consulta en la que se brinda el préstamo interno y externo de todo el acervo histórico.
“El Archivo Histórico del Congreso del Estado forma parte de un sistema institucional para hacer más eficiente todo el ciclo de vida documental y cuidar su resguardo”, dijo.
Sostuvo que la Ley de Archivos para el Estado de Sinaloa brinda el marco legal para trabajar de manera óptima, y la apertura de este nuevo edificio es un avance monumental para el rescate de los archivos tropicales, sobre todo el trabajo de rescate que inició hace diez años con los acervos que fueron dañados por las inundaciones ocasionadas por el Huracán “Manuel” en 2013, cuando subió el nivel del agua a 1.90 metros.
“Fue dañado hasta el 30 por ciento del archivo directamente y fue aumentando el deterioro cuando se desarrollaron microorganismos”, dijo al aseverar que afortunadamente las inundaciones ya no afectarán los archivos gracias a la altura y condiciones controladas y seguras de las nuevas instalaciones, a pesar de la cercanía con el Río Culiacán.
En la primera parte funciona el Laboratorio de Conservación y Restauración, el cual cuenta con un área húmeda y seca en el que se realizan procesos de diagnóstico e identificación de deterioros que incluye el registro microscópico, la desinfección ultravioleta y medición de acidez, para luego ser fotografiados registrados en una base de datos en paralelo a su inventario archivístico.
“Podemos entender y proyectar a nivel microscópico los documentos, e incluso tenemos la capacidad de poder hacer cultivos de hongos para poderlos identificar”, comentó al precisar que evitan la luz artificial y aprovechan la luz natural ya filtrada de infrarrojos y ultravioleta en un ambiente controlado para estabilizar y neutralizar los deterioros.
Los restauradores y archivistas usan cubrebocas y trajes de protección de seguridad completos o batas blancas, pues la desinfección es una actividad crítica, que implica la limpieza profunda y neutralización de los documentos que ya fueron diagnosticados. Incluso hay varios filtros que retiran las partículas. Todo lo anterior para cuidar la salud del personal.
Explicó que emplean un proceso de monitoreo y desinfección permanente pues las partículas de los archivos pueden tener elementos metálicos aerotransportados como gases y esporas de hongos que pueden destruir los documentos y enfermar al personal. “Pueden ser millones de partículas de hongos en la punta de una pluma”, alertó.
Aguirre Vilchis informó que utilizan un manejo integral de plagas sustentable pues evitan utilizar fumigantes o venenos de manera indiscriminada, caracterizando a los insectos que encuentran en los archivos, estudiando incluso las causas de ingreso, que en su mayoría son humanas.
Apuntó que los xilófagos o escarabajos son insectos dañinos al patrimonio documental de archivos pues hacen galerías o abrasiones, mientras que otros son accidentales o buscan comer a otros insectos, siendo controladores de plagas, al exponer que tratan de entender su ciclo de vida para mejor evitarlos en los archivos, pero sabiendo de su importancia en otros ambientes.
Al continuar el recorrido el especialista pasó al área de estabilización, donde se tienen los documentos saneados y se pueden hacer procesos de descripción, encuadernación y otras tareas como guardas, cajas y etiquetas a cargo del archivista que tiene el control intelectual del depósito y el registro de cada item de archivo.
En otro sitio se decide si los documentos regresan a las bóvedas o pasan al área de digitalización.
Todo lo que tiene contacto directo con el documento histórico es neutro o inerte como el papel libre de ácido o los acetatos utilizados como guarda de primer nivel, con una calidad de alta eficiencia en preservación a largo plazo.
Explicó que aunque al área de digitalización llegan los documentos que ya están saneados se deben seguir estableciendo medidas de seguridad como el uso de guantes y cubrebocas.
Existe, expuso, tres bóvedas donde se resguarda todo el material histórico que ya se encuentra en condiciones controladas. “Aquí no son áreas de trabajo sino de resguardo pues tenemos humedad, temperatura e iluminación controlada para su preservación a largo plazo”, señaló.
“Si los mantenemos a 18 grados podemos darles hasta 200 años de vida a los documentos”, dijo al ponderar que la bóveda es el destino final y el núcleo duro donde se resguarda toda la documentación.
Comentó que la documentación es noble y por más dañada que esté siempre existen procesos para tratarla o respaldarla con modelos y equipos que conoce desde la época en que laboró en el Laboratorio Nacional de Investigación y Restauración del Archivo General de la Nación, al afirmar que legal y moralmente no es correcto deshacerse de ningún archivo.
Finalmente, lo más gratificante podría ser el brindar acceso a los usuarios internos y externos en un área de consulta abierta que garantiza el acceso a esta información pública, en instalaciones con cámaras de seguridad y luz Leds para evitar cualquier deterioro.
“Básicamente es entender el pasado para saber hacia dónde vamos, creo que si no entendemos de dónde venimos no vamos a tener futuro. Nosotros trabajamos para que todas las generaciones puedan interpretar la historia”, dijo. Sostuvo que lo más importante es conservar los documentos en su mayor originalidad y estabilidad. “Los archivos son el alma y el corazón de cualquier institución”, concluyó. “Aquí está el corazón de lo que hace al estado de Sinaloa”.