
AQUÍ SON LOS BURRITOS EL GYM

Hace diez años un rico olor a tacos de adobada, asada, cochinita, entre otros, atrae a los comensales desde las siete de la mañana
Con actitud sonriente y servicial, Alma Berrelleza y Juan Carlos Rodríguez, esperan que sus tacos de guisado sigan estando en la preferencia de sus clientes por muchos años más. Visitamos su establecimiento en la colonia Jorge Almada con una pregunta en mente: ¿Por qué la gente está dispuesta a hacer fila por unos buenos tacos?
El olor a los guisados conquista tu olfato y para luego lees el menú: combo quesadillero, combo dorado, combo poderoso, eso sí, contienen tres burritos o tacos con tu guiso favorito y un agua chica, son la promesa de que lo que está por venir, sólo puede ir a mejor.
Burritos El GyM, ubicados en una esquina en Constitución y Juan M. Banderas, que ha conquistado a propios y extraños con su peculiar menú y que, por sus salsas, andan en boca de todos.
Somos afortunados y quienes nos reciben son Alma y Juan Carlos, esposos detrás del éxito del momento. A ambos se les escapa la alegría y el orgullo al hablar de este proyecto que, en apenas diez años con este negocio de los tacos y burritos se ha convertido en una cita culinaria obligada en esta zona de la Culiacán.
Este ha sido un proyecto que ha habitado la cabeza de Juan Carlos desde siempre. “Dentro de las grandes ideas y de las metas de vida, ya sea por necesidad o por gusto, estaba tener una taquería. ¿Por qué? Porque nos encantan los tacos. Entonces creo que lo puedes trasladar como un sueño hecho realidad”, dice.



El autor del nombre del local es Juan Carlos “desde que las palabras salieron de su boca todo hizo sentido”, recuerda. Para quienes poco sabemos, que entre ellos discutieron el significado del mismo y es por eso, que se le conoce como el mejor instructor de Burritos El GyM.
El menú, recuerda, se hizo a base de prueba y error, buscando una sola cosa: “bocadillos inolvidables; una mordida que te haga pararte de la cama en la mañana y decir, ‘hoy o mañana o pasado’, pero voy a ir a echarme ese taquito o burrito. Aunado a esta filosofía culinaria se encuentra un sello que se ha convertido en, literal, sus salsas. Para Juan Carlos “Las salsas son extraordinarias, las llevo haciendo muchos años de mi vida”, confiesa.
Juan Carlos recuerda de niño acompañar a su madre al Mercado Garmendia los fines de semana y, mientras esperaban la compra de la fruta o verduras, echar un taquito de asada o adobada o los domingos en familia mandar a comprar tacos de cochinita. “Creo que todos los mexicanos nacimos con la cultura del taco, algunos más, algunos menos y diferentes claramente, pero creo que todos nacimos forjándonos hasta lo que somos hoy. Todo el mundo te dice: soy taquero de corazón. Creo que si eres mexicano probablemente seas taquero de corazón”, explica.

Esta entrevista se llevó a cabo un miércoles justo en la hora del desayuno. Todas las mesas del lugar estaban llenas y algunas personas esperaban serenas para poder tomar asiento y poder pedir sus tacos favoritos. Pastor, asada, cochinita, chilorio carnita en salsa verde… y más.
Cualquier día, excepto los domingos que no se abre el negocio, la espera podría ser un poco más larga, pero en la experiencia de Alma y Juan Carlos hay comensales que han estado en espera y, a pesar de ello, a los tres días vuelven tomando las precauciones de la espera. El sabor mata la espera.
Cuando concluimos la charla con ambos, la interacción con los clientes es evidente. “Oye, los de adobada están espectaculares”, “¿Cómo están?”, “Muchas felicidades”, son algunas de las cosas que los comensales comparten con los esposos.

Eso sí, los días viernes y sábados cuando la luz del día aún no aparece y un humeante olor atrae a los comensales, tanto a trabajadores del Hospital Pediátrico, empresas aledañas al lugar, como meseros, albañiles, doctores, enfermeras, empresarios, músicos y sobre todo la juventud trasnochada.
El lugar es visitado por tanto profesionista que van a comentar sus hazañas de su trabajo. “En el hospital ya saben que después de una jornada laboral, la parada es en Burritos El GyM. Llego feliz a casa, relajado, una ducha y a dormir”, relata Vanessa Domínguez, enfermera.
Son tres las claves que detonan estas reacciones: La calidad de los ingredientes, la calidad del servicio y la calidad del ser humano que te atiende. “Somos una familia que trabaja todos los días con una meta común, que es hacer un taco extraordinario”, finaliza.
