
LLEVAN A CATEDRAL EL HIMNO RELIGIOSO STABAT MATER, CON DOS COROS

* El Coro de la Ópera de Sinaloa y el Coro Universitario dan una hermosa interpretación de la pieza en la versión de Rossini
Culiacán, Sinaloa, abril del 2025.- En vísperas de Semana Santa, el himno religioso medieval Stabat Mater, con música de Gioacchino Rossini, fue interpretado por el Taller de Ópera de Sinaloa del Instituto Sinaloense de Cultura, junto con el Coro Universitario de la UAS, esta vez en Catedral, donde los asistentes disfrutaron de un concierto de alto contenido espiritual, en torno al dolor de la madre ante la muerte de su hijo en la cruz.
El Coro de la Ópera de Sinaloa del ISIC, con 53 voces, está dirigido por el maestro Marco Antonio Rodríguez Badillo, mientras que el Coro Universitario de la UAS, con 22 voces, cuenta con la dirección de la maestra Perla Orrantia
Bajo la dirección artística de Rodríguez Badillo, en el programa que se presentará el próximo martes 8, a las 19:00 horas, en el templo de Santa Inés, participaron como solistas la soprano Abigail Favela, la mezzosoprano Estefanía Cano, el tenor Iván Valdez y el barítono Gabriel Rodríguez, y en el piano los acompañó el maestro Salomón Gil. En total, 73 voces en los coros y los cuatro solistas, que hicieron vibrar el interior de Catedral con su canto.

La composición Stabat Mater, toma su nombre de la frase inicial, «Estaba la Madre» en latín, de una secuencia (himno o tropo del Aleluya gregoriano) atribuida al Papa Inocencio III y al franciscano Jacopone da Todi. Data del siglo 13 y comienza con las palabras Stabat Mater dolorosa («Estaba la Madre sufriendo»), y es una meditación sobre el sufrimiento de María ante la crucifixión de su hijo.
Verso a verso, las dolientes frases en latín fueron inundando los corazones, estremecidas por las voces de los solistas que, en los solos, hicieron temblar reverencialmente a los presentes: “Estaba la Madre dolorosa / junto a la Cruz, llorosa, / en que pendía su Hijo. / Su alma gimiente, / contristada y doliente / atravesada por la espada. / ¡Oh, cuán triste y afligida / estuvo aquella bendita / madre del Unigénito!”.
